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Caso Samuel Ribeiro entró a jugar a la habitación y de repente lanza un grito

La extensa sonrisa dibujada en su rostro era la marca del niño Samuel Ribeiro, a los 6 años, el pequeño vio su niñez robad4 cuando jugaba en su cuarto, que está en el segundo piso del edificio donde vivía con su padre, madrastra, abuela y dos tíos, en la cuadra numero 47, en el condominio Del Lago, en Itapoã, Brasil.

De acuerdo con la Policía Civil, el D❙SP₳R0 de una bala perdida, que provino de una p1stol4 de 9 mm, entró por la ventana del cuarto y le llegó al abdomen, le quitó la vida a Samuel el pasado 27 de Marzo.

En un reportaje con un medio de prensa Brasileño,  José Matheus Silva de 27 años, padre del pequeño Samuel, habla sobre la catástrof3.

Pero el sitio que debería ser el más seguro, la vivienda, quedó marcado por el t3rror.

La noche del 27 de marzo, sobre las 20:30, Samuel jugaba con coches en la cuarto de su abuela.

Su padre jugaba a la videoconsola en la sala y su tío se encontraba en otra cuarto. José dice que justo antes de oír el ruido del D❙SP₳R0, Samuel caminó descalzo por la cuarto.

«Le dije que se pusiera una sandalia porque el suelo se encontraba helado. Se las puso y cuando entró en el dormitorio, a los pocos minutos oí un golpe sordo y a Samuel llorando», recuerda.

A su padre no se le pasó por la cabeza que el ruido fuera un D❙SP₳R0.

Corriendo al dormitorio, José descubrió al pequeño con los ojos en blanco e inconsciente. «Intentó llamar a ‘papá’, pero sólo suspiraba y no podía hablar.

Cuando le di la vuelta, vi el agujero en el costado del abdomen y entre en desesperación», detalla.

La hermana de José llegó a casa minutos luego y corrió con su sobrino en el regazo hasta la calle.

Un vecino llevó al pequeño en coche a un parque de bomberos. Intentaron reanimarlo, pero no resistió la herida.

Según las indagaciones de la Comisaría 6ª (Paranoá), hubo por lo menos dos D❙SP₳R0S, uno impactó en una vivienda de la calle de al costado y el otro entró por la ventana de la cuarto de Samuel, que estaba abierta.

La policía tomó afirmación a familiares y probables testigos para dilucidar la situacion, pero hasta el escrito de este reporte no había pistas sobre la procedencia del proyectil.

Estremecida, la abuela paterna, doña Graça, pide justicia. «Antes iba a trabajar de buena gana, con gusto, para comprarle a mi nieto las cosas. En este momento no tengo fuerzas para ir a trabajar. Estoy destrozada».

Interrogado sobre la presencia de un ₳RM₳ en el hogar y la oportunidad de que el tiro podría haber sido accidental, el padre niega . «Aquí, en el hogar, jamás ha entrado un ₳RM₳. Ni uno de los peores monstruos le haría nada a un hijo. Él era mi guerrero y siempre se encontraba a mi lado», asegura.

En el cuarto de Samuel, el padre almacena el material escolar y los deberes hechos por su hijo en el colegio.

El último de ellos, el 27 de marzo, fecha donde Samuel perdió la vida.

«Siempre le ayudaba con los deberes (tareas). Aquí todo lo mencionado es de el. Inclusive le compramos una mochila novedosa, porque le gustaba esas imágenes de motos y monopatines.

Pero sé que Dios nos permitirá hallar quién le quitó la vida de mi hijo», finalizo.