
Todos hemos escuchado en algún momento que las mamás lo hacen todo por sus hijos pero no lo entenderemos verdaderamente hasta que lo observamos con nuestros propios ojos, esto reflexionaron los familiares y amigos de Nohely Mota, una madre que soportó el dolor de un parto por cesárea sin anestesia. Al principio todo el embarazo parecía normal, no obstante, empezaron a suceder cosas extrañas, incluso para una madre primeriza.
Nohely Mota y su marido Kevin es una joven pareja que intenta tener un hijo y formar una linda familia desde hace ya seis meses, hasta que el anhelado sueño de la venida del bebé, se volvió realidad.
La pareja no cabía en su felicidad y no dudaron en comunicar a toda la familia de que dentro de poco tendría un nuevo integrante. Al poco tiempo, las ecografías probaron que sería una niña y se prepararon para el gran día.
Kevin trabajaba de camionero y comenzó a hacer horas extras para conseguir todo para la llegada de su princesa. Nohely además, trabajaba en un almacén en California donde no dudó en solicitar los días extras y el pre para evitar inconvenientes que afectaran el parto.
De todas formas se cuidó bastante en su alimentación, sus horas de sueño, y utilizaba las vitaminas que le había sugerido el doctor, no obstante una noche se despertó de madrugada y se percató de que se encontraba sangrando.
A poco tiempo de cumplir las 12 semanas, se levantó una noche al baño y notó mucha sangre, rápidamente llamó a su marido Kevin quien no dudó en solicitar que lo cubrieran en su trabajo de camionero para asistir. Su madre además corrió a auxiliarla.
En el hospital se han realizado las pruebas y estudios para hallar el inconveniente. La niña tenía el estómago agrandado obstante se le inició el tratamiento, la hemorragia paró y creyeron que todo había pasado.
En unas semanas posteriores volvió de nuevo el sangrado y sumado a ello tenía alambres en el estómago que parecían insoportables según lo detalla la madre de Nohely, Bernarda.
Explicó que eligieron practicarle la cesárea de emergencia, por consiguiente la situación era bastante grave y no podían esperar a que la madre sintiera los efectos de la anestesia, debían practicarle una cesárea sin tenerla.
De acuerdo con los reportes de los doctores, nada pudo hacerse para socorrer a la bebé, la hija de Nohely había partido al poco tiempo después de la intervención. Pesaba únicamente una libra y los padres rotos por dentro no podrían detallar tanto dolor.
No sólo por la intervención quirúrgica, donde Nohely lo detalla como “tres cortes en su estómago, es la sensación más dolorosa que había sentido, fue una suerte que todo se pusiera oscuro”. El padre dice “No tenía conocimiento de lo que estaba pasando, no sabía por qué, quería estar equivocado y no estar viviendo esa pesadilla”.
Nadie duda que se trate de una de las experiencias más dolorosas que puede sentir una madre, una cesárea de emergencia, como además no hay duda de que cualquier madre soportaría todo ese dolor para ver a su niño sano y sano y salvo.
Sus padres estaban devastados aunque tiempo luego aseguraron que estaban tranquilos, habían hecho todo lo viable y en este momento su angelito los cuida desde el cielo.
Afirman que el amor que sienten por su bebé les da fuerzas para seguir adelante y que no olvidan ni un día de sus vidas todo lo que pasó.