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Lo declaran sin vida al nacer y regresa a la vida tras el abrazo piel con piel de sus padres

Kate y David Auger esperaban a sus mellizos, los nuevos padres contaban los días para ver la cara de su hijo. Kate se puso de parto a las 26 semanas. Un niño y una niña nacieron en dos minutos el 25 de marzo de 2010, por temor a que nacieran prematuramente. Los llamaron Jamie y Emily.

La niña estaba estable, pero su hermano dejó de respirar y los médicos lo declararon sin vida. “Todos nacieron en su saco amniótico, pero Jamie no emitió ningún sonido y Emily lloró mucho. Miramos y todos estaban alrededor del niño y había unas 20 personas en la habitación.

“El bebé dejó de respirar y su pulso casi se había ido. Después de 20 minutos dejaron de trabajar en él”, agregó.

Sentado en la esquina de la cama de Kate, el médico les preguntó a ella y a David si habían elegido un nombre para su pequeño. Después de que les contó la devastadora noticia, Jamie había fallecido.

“Cuando recibí al niño del doctor le pedí a todos que nos dejaran solos. Él estaba frío y yo solo quería darle calor. Habíamos intentado tener hijos durante años y me sentía muy culpable”, dijo Kate.

“Solo quería abrazarlo. Le quité la colcha y le pedí a mi esposo que se quitara la camisa y se fuera a la cama. Sé que suena absurdo, pero si está tratando de respirar, todavía está vivo, así que no le daré importancia”. Agregó.

Lo mejor que pueden hacer es abrazar a su hijo con fuerza. “Tratamos de atraerlo para que se quedara. Le dijimos su nombre, tenía una hermana gemela que tenía que cuidar y fue difícil para nosotros ser padres”, dijo Kate.

“El bebé estaba tratando de respirar y abrió los ojos. Estaba respirando y sosteniendo los dedos de David”, dijo la madre. Llamaron al personal médico de inmediato y comenzaron a ayudarlo y tratar de revivirlo.

“Si hubiéramos hecho que el médico saliera de la habitación con él, habría fallecido”, dijo Kate.

Después del nacimiento, el contacto piel con piel es una manera fácil de regular la temperatura corporal de un bebé recién nacido, dicen los expertos. UNICEF recomienda que las madres tengan contacto piel con piel con sus bebés para ayudarles a adaptarse a su nuevo entorno.

Se ha demostrado que este comportamiento facilita la adaptación de los niños y reduce sus niveles de ansiedad. Estabiliza la respiración y el ritmo cardíaco, además reduce el llanto y ayuda al proceso digestivo.

Durante el trabajo de parto, los bebés experimentan cambios de temperatura muy bruscos y dejan su útero caliente en la fría sala de operaciones. Necesitan calentamiento inmediato para regular su temperatura corporal.

Cuando Jamie y Emily tenían cinco años, sus padres les contaron lo que pasó cuando nacieron. Emily se echó a llorar cuando les contamos lo que pasó el día que nacieron.

“Emily estaba llorando, estaba triste y abrazaba mucho a Jamie. Les encantaba hablar de su infancia. Tenían un hermano menor, Charlie, a quien le encantaba contarles a todos lo que estaba pasando”, dijo Kate. “Cuando nací, yo era gordo y los mellizos eran delgados. Jamie mur¡ó, pero ahora está vivo”.

Ahora Jamie Ogg es un niño sano y feliz. Emily y Jamie son inseparables y su vínculo de amor y amistad es extraordinario. Aunque Jamie corre el riesgo de desarrollar parálisis cerebral debido a la falta de oxígeno, no ha experimentado ninguna complicación de salud. “Es increíble. Todas estas experiencias te hacen apreciarlas aún más”, dijo Katie.

La madre creó una comunidad en Facebook para ayudar a los bebés prematuros con dificultades. Su experiencia conmovió al mundo, especialmente al ver cómo sus mellizos crecían con el amor de sus padres y hermanos sanos. Jamie nació con una misión especial.

Comparte su historia para recordarle a todos que los milagros sí existen y debemos escuchar siempre a nuestro corazón sin perder la esperanza.